El whisky y su apreciación sensorial.


Escuchando un programa de radio. la persona que hablaba de whisky hacía referencia a haber participado de una degustación, dónde quién dirigía la cata les hacía frotar whisky en sus manos para apreciar sus aromas. Esto ya lo había visto en alguna otra degustación y al recordarme esa práctica se me ocurrió escribir este post sobre cómo catar un whisky.

En primer lugar en lo personal pienso que esa práctica es válida para los perfumes, ya que cada perfume reacciona diferente en la piel de cada persona y cambia  en base al PH, la temperatura corporal y la secreción sebácea. Seguramente encontramos algunas notas del whisky si lo frotamos en las manos, pero no tiene mucho sentido ya que no vamos a utilizar el whisky en nuestro cuerpo como perfume, si lo que deseamos es calentar el destilado lo podemos hacer con nuestras manos en la copa.

Seguramente está práctica busca hacer más interactiva la experiencia, pero no parece ser muy necesaria técnicamente.


Catar un whisky...

Color, Aroma, Paladar y Final...

Los catadores profesionales evalúan el whisky mediante cuatro factores: color, aroma, paladar y final.

El Color nos puede dar algunas pistas sobre el tipo de barril en que el destilado estuvo durante su añejamiento, un cobrizo intenso nos puede indicar que estuvo criado en barrica de roble albar que antes contuvo jerez.
En cambio un whisky madurado en barricas ex-bourbon de roble americano presentará un color pajizo pálido.

Debemos tomar en cuenta que muchos whiskys tienen agregado de colorante caramelo, el  cual según muchos expertos no agrega aroma y sabor y sirve para estandarizar el color del destilado y que no veamos diferencia entre unas botellas y otras.

En Escocia "por ley, se permite agregar E150a antes del embotellado para ayudar con la coloración y no el sabor", pero algunas marcas no utilizan colorante y lo aclaran en la etiqueta "Libre de Colorante".

También podemos apreciar el cuerpo del whisky, al observar las "piernas", un whisky añejo y con buen cuerpo tendrá piernas más largas que descenderán más despacio, en cambio uno joven será de piernas más cortas que descenderán más rápido. 

Luego vamos a apreciar la nariz del whisky, aquí debemos hacerlo con calma, al principio con una olfación corta y no muy profunda, para no saturar la nariz y perder la capacidad de sentir los aromas. 

Debemos en primer lugar sentir la intensidad del alcohol, si el mismo molesta, quema la nariz o por el contrario es delicado y casi imperceptible.

Luego vamos a apreciar los aromas, para describir el mismo, se ha ideado un vocabulario de ocho términos generales: 

- Cereal
- Afrutado
- Floral
- Truboso
- A feints (olor a cuero, tabaco, cera de abejas, etc)
- Sulfuroso
- Vino
- Madera

En cada una de estas familias aromáticas encontraremos diferentes aromas que para muchos catadores y no expertos nos pueden recordar a aromas de la vida cotidiana, encontrando descriptores como algas, mar, establo, chocolate, pera, caramelo, jerez, etc.,

Luego de la nariz se evalúa el sabor del whisky, dónde en boca no solo vamos a encontrar sabor, también los aromas retronasales y la textura en boca.
                                                                       
Los gustos que podemos apreciar hoy se considera que son seis: Salado, dulce, ácido, amargo, umami (glutamato) y graso. 

La textura en boca: podemos sentir al whisky, sedoso, cremoso, reconfortante, refrescante,sabroso,empalagoso, picante, también podemos sentir que nos anestesia o irrita. 

Los aromas retronasales pueden coincidir con los aromas del análisis olfativo o pueden aparecer nuevos aromas.

Por último vamos a analizar "el final", que consiste en el "recuerdo" que nos queda del whisky, son esas notas que perduran y el mismo puede ser corto, medio o largo.

Muchas veces un final prolongado es algo deseable, aunque en algunos whiskys ligeros un final corto y crujiente a veces es mejor.

Cada catador, degustador, panel de cata o institución que realice la misma buscara la metodología mas indicada para cada ocasión, dónde es importante la iluminación, que el lugar este libre de olores y a una temperatura adecuada.

Es muy importante utilizar copas adecuadas y seguir ciertas técnicas de cata, dónde se pueda apreciar de buena forma el color del espirituoso, la textura, el aroma y el gusto. Muchas veces el catador comienza probando el whisky puro y luego lo diluye con un poco de agua (algunos expertos indican que es necesario llevar el destilado a un 35% de volúmen), así se liberan algunas moléculas aromáticas y muchas veces se baja la intensidad del alcohol permitiendo apreciar otras características.
Analizar con tranquilidad y tiempo es fundamental, un destilado puede ir cambiando con el reposo, el aire y también se aprecian otras notas con la copa vacía.

Para ser un catador profesional es necesario conocer las materias primas, el proceso y las técnicas de elaboración, para poder distinguir de donde vienen los descriptores y las diferentes características de cada whisky. Se debe conocer el vocabulario, se debe entrenar la nariz olfateando cosas cotidianas (frutas, verduras, hierbas, especias, café, chocolate, madera, etc,.), o con herramientas como "Le nez du Whisky". 
Pero algo fundamental e importante para adquirir el mejor conocimiento es probar muchos whiskys analizando los mismos en profundidad y buscando sus características.

Vale aclarar que catar un whisky no es lo mismo que beber un whisky, una persona que disfruta de beber un whisky no necesita ni tiene porque introducirse en el mundo de la cata analítica, está práctica es realizada para descubrir y analizar en profundidad la bebida, lo cual no quiere decir que se disfrute mejor de una u otra forma, esa es una elección del consumidor, incluso yo como catador prefiero muchas veces beber mi whisky en un bar y disfrutarlo sin analizarlo en profundidad.

NINOBAR SOMMELIER  


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